Posted on Mar, 04 Oct 2022, 14:23
© FAO/Joan Manuel Baliellas
Entrevista con el Secretario de la CIPF para The Loadstar.
El cambio climático y el comercio internacional se están aunando para poner en peligro la propia existencia de la vida en la Tierra. No se trata de una disparatada evaluación de riesgos sin fundamento realizada por un dogmático activista verde, sino de la ponderada opinión de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Y la ONU sostiene que los cambios que han de proteger el suministro de alimentos y la agricultura deben producirse pronto.
La Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF) es un tratado intergubernamental firmado por más de 180 países, y su secretario, Dr. Osama El- Lissy, junto con la Sra. Nicola Spence, jefa de sanidad vegetal del Reino Unido, publicaron el 21 de septiembre un documento en el que advierten sobre la pérdida de alrededor del 40% de las cosechas, por valor de unos 220 000 millones de dólares, a causa de las plagas vegetales.
El Dr. El Lissy declaró a The Loadstar que el sector privado gasta otros 70 000 millones de dólares en colaboración con las jurisdicciones nacionales para contener la propagación de plagas invasoras, lo que eleva el coste total de las enfermedades y la propagación de plagas a algo menos de 300 000 millones de dólares.
«El cambio climático ha incrementado las incursiones de las plagas, sobre todo en nuevos lugares donde antes no se habían detectado y donde ahora han prosperado. Los cambios en las temperaturas, la humedad, la luz y el viento son los segundos factores más importantes para la dispersión de las plagas, junto a los viajes y el comercio internacional, explicaron la Sra. Spence y el Dr. El Lissy .
La Convención introdujo las Normas Internacionales para Medidas Fitosanitarias (NIMF) como su principal herramienta para lograr sus objetivos de reducir la propagación de plagas y enfermedades, convirtiéndose en la única organización mundial de normalización en materia de sanidad vegetal. Las plantas proporcionan el 80% de nuestros alimentos y el 98% del aire que respiramos, son fundamentales para la vida en la Tierra y deben ser protegidas a toda costa. El objetivo de las NIMF es proteger los recursos vegetales mundiales de la propagación e introducción de plagas, al tiempo que se promueve un comercio seguro.
El comercio internacional se ha identificado como uno de los factores clave en la propagación de las especies invasoras, organismos que, al ser sacados de su hábitat natural y trasladados a una zona donde tienen pocos o ningún depredador natural, pueden causar estragos en la flora y la agricultura locales. Creada en 2005, la Comisión de Medidas Fitosanitarias (CMF) es de hecho el órgano rector de la CIPF y constituye un grupo de expertos que se reúne anualmente para coordinar la protección mundial de las plantas.
Además, este año la CIPF celebró una conferencia a finales de septiembre, precedida por el Taller sobre Contenedores Marítimos, en la que participaron expertos de la CIPF y de la industria del transporte y la logística que trabajan para mitigar los riesgos que plantea la propagación de especies invasoras. El desplazamiento de los alimentos por todo el mundo es necesario para alimentar a las partes del mundo en las que escasean los alimentos, explicó el Sr. El Lissy. "El reto es cómo podemos hacerlo de forma segura para que las plagas y enfermedades invasivas no se desplacen por el camino de los productos agrícolas y los alimentos".
Centrándose en las cadenas de suministro globales, Peregrine Storrs-Fox, director de gestión de riesgos del TT Club, opina: "La cuestión está en torno a la contenedorización, ¿cuál es el nivel de riesgo que se juega en los contenedores y que es difícil de identificar? Los contenedores no son la única vía para las plagas invasoras".
Para el Sr. Storrs-Fox. todo el mundo puede darse cuenta del problema y cree que la contenedorización ha jugado un papel en la propagación de las especies invasoras, pero hay que saber "el nivel de contribución al problema y, por tanto, cuáles son las medidas adecuadas y proporcionadas que hay que tomar".
Además, dijo que uno de los mensajes clave que "la CIPF se preocupó por dejar claro" fue que, aunque el convenio quiere mitigar la amenaza de las especies invasoras, reconoce que la mitigación debe producirse "sin un impacto significativo en los flujos comerciales y la logística". Aunque en la actualidad no se puede determinar con exactitud el alcance del problema derivado de la contenedorización, el taller sobre Contenedores Marítimos sí se puso de acuerdo en una serie de cuestiones, según el director general de la Asociación Internacional de Coordinación del Transporte de la Carga (ICHCA), Richard Steele.
"Las dos partes no estaban muy disociadas", dijo.
Una de las discusiones giró en torno al diseño del omnipresente contenedor de transporte: "el diseño óptimo de un contenedor tiene forma de huevo", dijo Steele entre risas, con el argumento más serio de que muchos contenedores tienen suelos de madera y muchas hendiduras y huecos para que se escondan las plagas.
"Las aduanas y los servicios especiales no quieren huecos en los que se puedan esconder cosas", explicó Steele, y sí se pueden esconder cosas, como organismos más pequeños, arañas, polillas y sus larvas. Pero admitió que las ranuras para las cuchillas de las carretillas y los bloques de las esquinas donde los cierres giratorios y los separadores de las grúas sujetan y levantan las cajas siguen siendo cruciales para el diseño.
Aunque tanto el Sr. Steele como el Sr. Storrs-Fox admiten que, si bien no es posible eliminar por completo todos los movimientos de las especies invasoras, hay medidas sencillas que pueden adoptarse para reducir su propagación.
"Los suelos de acero en los contenedores no añaden un coste significativo a su precio", dijo el Sr. Steele.
Sin embargo, si un contenedor se carga por la noche bajo luces, estas atraen a las plagas y pueden hacer que entren en la caja organismos no deseados. Otra medida de mitigación que podría adoptarse es el uso de nuevos revestimientos que impidan, o al menos disuadan, que los organismos se adhieran al exterior de los contenedores.
No obstante, el principal método para contener la propagación de plagas no deseadas en el interior de los contenedores es "seguir concienciando a toda la cadena de suministro, porque hay gente que no es consciente de estos problemas", explicó el Sr, Steel.
Cuando se le preguntó si los fumigantes formaban parte de la respuesta -un método favorecido recientemente por las autoridades chinas para controlar la propagación de la COVID, en particular-, las opiniones del Sr. Storrs-Fox y del Dr. El Lissy coincidieron plenamente. En opinión del TT Club, los fumigantes pueden causar enfermedades, pero también la naturaleza de las cadenas de suministro es que son transfronterizas, por lo que fumigar en un país puede ayudar a deshacerse de las plagas en ese punto, pero es necesario asegurarse de que toda la cadena de suministro está protegida.
"Necesitamos que alguien se ocupe de todo esto [la cadena de suministro y los distintos intereses]", explicó el Sr. Storrs-Fox, "hay un silo que se ocupa de la protección de las plantas y sus intereses, y también es necesario ocuparse de los movimientos de los productos animales, de la bioseguridad en general y de las cuestiones de seguridad", añadió.
No hay ningún organismo mundial que contemple todos los riesgos para decir "así es como podemos equilibrar estos riesgos" y decir "hay un impacto beneficioso de las acciones de bioseguridad", afirmó.
Para el Dr. El Lissy, la manera de hacer frente a las especies invasoras es crear lo que él llama un "continuo de salvaguardia", que comienza en el punto de carga, antes de que se cargue.
"No pedimos al sector de los contenedores marítimos que dividan la carga, una vez que la carga está cargada su trabajo está hecho", explicó. Por su parte, el Dr. El Lissy se centró en la necesidad de colaboración, no solo entre las naciones, sino también entre los gobiernos y el sector privado, incluyendo a todas las partes interesadas a lo largo de la cadena de suministro.
"El papel de los gobiernos y del sector privado es fundamental" para la creación de cadenas de suministro seguras, explicó el Dr. El Lissy. Se empieza por garantizar la limpieza de los contenedores antes de entregarlos a los transportistas para su embalaje; hay que barrerlos y lavarlos, y después, cuando se ha cargado un contenedor y se han cerrado las puertas, una rápida inspección del exterior aseguraría que no hay organismos adheridos a la caja. A medida que el contenedor se desplaza por la cadena de suministro, deben realizarse controles continuos del exterior, hasta llegar al destino de la carga.
"Si hacemos eso, el 90% de los problemas ya se han solucionado", afirmó el Dr. El Lissy. "Si lo hacemos de forma sistemática, se gestiona esa vía de forma muy eficaz, independientemente del punto de origen, además de reducir sustancialmente los costes generales de la mitigación de la propagación de las especies invasoras".
El Dr. El Lissy cree que esto reducirá los costes globales de la inspección y reducirá sustancialmente los costes asociados a la pérdida de alimentos y productos agrícolas por la propagación no deseada de organismos.
Además, la CIPF espera que los organismos gubernamentales de los países de origen y los puertos de llegada inspeccionen los productos agrícolas para que la responsabilidad no recaiga en los agricultores individuales o las empresas privadas.
La CMF ha encargado a representantes de la industria y de los gobiernos, en forma de grupo de reflexión, que encuentren una solución formal al problema de las especies invasoras en las cadenas de suministro mundiales, y el grupo presentará su primer informe a la CIPF en general la próxima primavera, cuando se celebre la próxima reunión anual en Roma.
El Dr. El Lissy está convencido de que existe una solución viable a través del desarrollo de un continuo de salvaguarda. Y lo ilustró con la historia de un cargador italiano al que las autoridades regionales le devolvieron los envíos de baldosas de cerámica en el puerto de llegada. Se descubrió que los palés de madera en los que se transportaban las baldosas estaban infestados. La empresa de azulejos discutió entonces el problema con su proveedor, se hicieron cambios y se encontró una solución.
Este tipo de colaboración es la que permitirá solucionar, o al menos mitigar, la propagación de las especies invasoras y, en última instancia, reducir los costes, dijo el Dr. El Lissy.
Y es una solución, subrayó, que debe "llegar más pronto que tarde, pero todo el mundo entiende la urgencia". Y añadió: "No hay duda de que la existencia misma de la vida en la Tierra está en juego por nuestras acciones, y para salvaguardar la vida debemos actuar al unísono".
Osama El-Lissy es el Secretario de la Secretaría de la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria.
Este artículo fue producido por The Loadstar
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