logo IPPC
      FAQ            Iniciar sesión

De actualidad: Entrevista con Sarah Bruner sobre un proyecto de seguridad alimentaria y sanidad vegetal

Posted on Jue, 10 Ago 2023, 07:30

Responsive image

Foto: © FAO/Vladimir Mijatovic

Mantuvimos una charla con Sarah Brunel, jefa de la Unidad de Aplicación y Facilitación de la Secretaría de la CIPF, que trabaja en un [proyecto de la FAO][1] con dos componentes: promover la inocuidad de los alimentos y la sanidad vegetal. Aunque la mayoría de nuestras preguntas se centraron en el proyecto, antes conocimos un poco su historia y sus orígenes.

Sarah Brunel: Soy del sur de Francia y siempre me han apasionado las plantas. Por eso elegí ser ingeniera agrónoma. Mi primer trabajo fue en el sur de Francia, en el Conservatoire botanique national méditerranéen de Porquerolles (CBNMed), donde me encargaba de las plantas exóticas invasoras desde un punto de vista medioambiental. También trabajé con viveros en la prevención de la venta de plantas exóticas invasoras en los municipios. Cuatro años más tarde, tuve la oportunidad de trabajar en el ámbito fitosanitario desde una perspectiva regional cuando me incorporé a la Organización Europea y Mediterránea de Protección de las Plantas (OEPP) y, finalmente, en 2014 pasé a la Secretaría de la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria, lo que me motivó para seguir desarrollando mis conocimientos, esta vez desde una perspectiva global centrada en la aplicación de las normas fitosanitarias y la Convención en general.

  • Ahora, después de casi una década, ¿ha notado alguna diferencia en términos de concienciación internacional con respecto a cómo se percibe la importancia de la aplicación? ¿Un cambio?

Veo un cambio hacia el reconocimiento por parte de la comunidad fitosanitaria de la importancia de la aplicación. Antes, la atención se centraba principalmente en la elaboración de normas. Ahora la comunidad entiende que las Normas Internacionales para Medidas Fitosanitarias, o NIMF, sólo tienen valor si se aplican eficazmente. Por ello, es fundamental invertir en las cuatro formas principales en que la Secretaría de la CIPF puede ayudar a los países a aplicar las NIMF: mediante la elaboración de guías y otros materiales de formación, la organización de talleres de desarrollo de capacidades, la gestión de proyectos y herramientas y la realización de evaluaciones de la capacidad fitosanitaria (ECF).

  • ¿Y a nivel gubernamental? ¿Ha notado una mayor concienciación?

Sí, sobre todo en lo que respecta al aumento del comercio y los efectos de la globalización, con especial atención a los efectos del cambio climático. Los gobiernos son cada vez más conscientes del valor del comercio internacional y del papel fundamental que desempeña la protección de la sanidad vegetal en el sostenimiento de la economía y el ecosistema general de su país, incluida la biodiversidad de nuestro planeta.

  • Esto es alentador. Hablemos ahora del proyecto "Fortalecimiento de la capacidad y la gobernanza en materia de control alimentario y fitosanitario". ¿Puede hablarnos un poco de la lógica del proyecto y de cómo se llevan a cabo los dos componentes juntos?

En general, los dos componentes del proyecto, la seguridad alimentaria y la sanidad vegetal, junto con la sanidad animal, forman parte de la prioridad estratégica más amplia "Una sola salud", un enfoque integrado y unificador, para equilibrar y optimizar la salud de las personas, los animales y el medio ambiente. Decidimos comenzar con la inocuidad de los alimentos y la sanidad vegetal porque tanto la Secretaría de la CIPF como la División de Inocuidad de los Alimentos forman parte de la FAO, comparten objetivos similares con el programa "Una sola salud" y porque el Instrumento de evaluación de los sistemas de control de los alimentos y el proceso de ECF son complementarios en cuanto a lo que permiten lograr a los países.

  • ¿Puede explicarnos el proceso desde que comenzaron las actividades del componente fitosanitario?

El proyecto está integrado en nuestra estrategia global de evaluación de la capacidad fitosanitaria, aprobada por nuestro órgano rector, el Comité de Aplicación y Desarrollo de la Capacidad. Las ECF están dirigidas por organizaciones nacionales de protección fitosanitaria (ONPF) y facilitadas por facilitadores de ECF formados por la CIPF para ayudar a los países a evaluar sus capacidades fitosanitarias, respetando plenamente los requisitos de confidencialidad de cada país.

Este proyecto específico incluye la formación de ocho nuevos facilitadores de ECF, un recurso inestimable a la hora de llevar a cabo estas ECF y un nuevo recurso regional y mundial para las futuras ECF que se puedan realizar. Los facilitadores de las ECF siguen un curso de formación normalizado, desarrollado e impartido por la Secretaría de la CIPF, y existe todo un proceso para validar a los nuevos facilitadores de ECF . Se seleccionó a los candidatos, que participaron en un curso de formación presencial de dos semanas de duración y, bajo la tutela de los facilitadores de ECF existentes, trabajan actualmente con las ONPF para llevar a cabo el proceso de ECF en los nueve países.

Otro factor clave de este proyecto fue la selección de los nueve de los 21 países del COMESA que se beneficiarían del proyecto. Este proceso siguió unos criterios muy estructurados, decididos en colaboración con la unidad de Seguridad Alimentaria. Los tres criterios principales fueron: en primer lugar, si un país ya había realizado una evaluación en los últimos cinco años; en segundo lugar, si la realización de una ECF se ajustaba al marco de programación de su país y, en tercer lugar, si los países deseaban participar. De hecho, el primer ingrediente para el éxito es la voluntad y el compromiso del país de llevar a cabo el proceso de ECF.

  • ¿Puede darnos una idea del alcance del grupo de facilitadores de la ECF que están formando y que pretenden formar con este proyecto?

El objetivo es aumentar el número de facilitadores de la ECF en la región africana y en el resto del mundo. De este modo, los países podrán ser más autónomos, ya que dispondrán de facilitadores de ECF formados en la región cuando decidan llevar a cabo una ECF en el futuro. Se puede confiar en estos facilitadores formados, ya que han recibido formación y han adquirido la experiencia necesaria para aplicar el proceso y la herramienta de ECF con precisión.

  • Usted mencionó antes que había un país que había completado una ECF en cinco años. ¿Era demasiado pronto para volver a hacerlo? ¿Cuál es el plazo mínimo para que los países lleven a cabo una ECF posterior?

Cinco años es el plazo ideal, porque para llevar a cabo una ECF se necesitan recursos, tanto de tiempo como financieros. El proceso de la ECF, de principio a fin, dura aproximadamente un año y en él participan todas las partes interesadas de un país. Las partes interesadas colaboran para definir las prioridades y elaborar un plan de trabajo viable y presupuestado. Es aconsejable esperar cinco años antes de iniciar una nueva ECF, para dar al país tiempo suficiente para aplicar y ver los resultados de la primera ECF antes de iniciar de nuevo todo el proceso.

  • Entiendo ¿Puede hablarnos de este proyecto en un contexto más amplio, tanto con la CIPF como con la FAO, y de los objetivos a largo plazo de ambas?

A un nivel más macro, este proyecto está en consonancia con los ODS de las Naciones Unidas, especialmente los relativos a hambre cero, alimentos seguros y menos barreras económicas. El proyecto también está en consonancia con el Marco Estratégico de la FAO, incluido el componente "Una sola salud", una prioridad para toda la organización, y las cuatro apuestas, en concreto el objetivo de mejorar la producción. Dentro de la comunidad de la CIPF tenemos tres objetivos: seguridad alimentaria, comercio seguro y protección del medio ambiente. Llevar a cabo una ECF permite al país comprender cómo reforzar su sistema fitosanitario y, al hacerlo, proteger su sanidad vegetal, cumpliendo los tres objetivos de la CIPF.

El proyecto también encaja en la estrategia de medidas sanitarias y fitosanitarias (MSF) para África, alineada con la Organización Mundial del Comercio y nuestras dos organizaciones hermanas, la Comisión del Codex Alimentarius y la Organización Mundial de Sanidad Animal, para aumentar los ingresos económicos a través del comercio seguro de plantas y productos agrícolas.

  • Y según su experiencia, ¿cuáles son las tres áreas principales en las que realmente ve que este proyecto podría suponer un cambio?

Creo que el principal valor añadido de la herramienta de ECF es que no se trata de una herramienta de auditoría, sino que todo el proceso de ECF capacita a los países para identificar formas de reforzar sus capacidades fitosanitarias. Nadie dice a un país lo que tiene que hacer, son los países los que dirigen todo el proceso, con el apoyo de los facilitadores de la ECF, formados para seguir la metodología acordada.

Un segundo aspecto, muy importante, es el jurídico. Para que cualquier país refuerce su sistema fitosanitario, es indispensable un marco jurídico fitosanitario sólido. Que es lo que aporta la ECF. En muchos países en los que se han llevado a cabo una ECF, el proceso ha permitido a los países identificar leyes y reglamentos fitosanitarios que necesitaban una revisión, lo que considero un logro extraordinario.

  • Eso es estupendo.

Y el tercer aspecto es el compromiso y la implicación de la red de partes interesadas fitosanitarias de un país, que trabajan juntas y facilitan un proceso. Todo el equipo se reúne para trabajar en un único objetivo que, dependiendo de las prioridades que identifique el país, puede incluir la revisión de la legislación fitosanitaria de un país, una nueva estrategia fitosanitaria, un organigrama revisado o una nueva declaración de misión para la organización. La aplicación de una ECF suele incluir la participación de la oficina nacional de la FAO, abogados, múltiples organizaciones nacionales, incluidos exportadores, organizaciones aduaneras, universidades, agricultores y productores.

  • ¿Cómo espera que sea el éxito de este proyecto dentro de un año y medio o dos años?

Me gustaría que hubiera nueve ECF de éxito que pudieran convertirse en futuros modelos de éxito, no sólo para África, sino para que todo el mundo compartiera su experiencia.

Cada país es diferente. Cada ECF es diferente. A través de cada ECF se consiguen beneficios a escala nacional, regional y mundial. Vemos este proyecto como un gran hito para nuestra estrategia global de ECF, ya que permitirá a los países fortalecer sus sistemas fitosanitarios a través de resultados claros que conducirán a un aumento del comercio seguro, salvaguardando la seguridad alimentaria y protegiendo la salud de las plantas.

Publicado originalmente en el sitio web de la Dirección de Sistemas Alimentarios e Inocuidad de los Alimentos (ESF) de la FAO.

Share this news

Subscribe

  • Don't miss the latest News

    If you have already an IPP account LOGIN to subscribe.

    If you don't have an IPP account first REGISTER to subscribe.

Subscribe to the IPPC Newsletter