Facilitación del comercio

El comercio internacional impulsa el desarrollo económico y muchos países dependen de la exportación de grandes cantidades de productos agrícolas y otros productos vegetales, tales como fruta y vegetales o madera, para sostener sus economías. Otros países dependen mucho de la importación de productos vegetales, por ejemplo, cultivos básicos para alimentar a su población, y necesitan obtener los suministros adecuados, a la vez que proteger de las plagas su producción agrícola interna y su ecosistema. El comercio mundial ofrece oportunidades sin precedentes para que las plagas se trasladen y puedan invadir nuevas zonas. Por lo tanto, es importante facilitar el comercio, pero de una manera que reduzca al mínimo los riesgos fitosanitarios para el importador o exportador.

En la facilitación del comercio es esencial la aplicación adecuada de la CIPF y de las normas internacionales asociadas. Sin embargo, las normas internacionales para medidas fitosanitarias (NIMF) no se pueden aplicar adecuadamente sin el fundamental entorno propicio que crea la aplicación de las disposiciones de la CIPF. Una vez establecidas las bases de una organización nacional de protección fitosanitaria y su marco normativo/legislativo, se puede activar otro elemento de un sistema fitosanitario nacional. Además, el uso adecuado de las nuevas tecnologías, como la certificación fitosanitaria electrónica, facilitará el comercio, garantizando que los envíos de alimentos y productos agrícolas no planteen riesgos de plagas.

Las NIMF tienen una base científica y las elaboran las partes contratantes de la CIPF, y están reconocidas por el Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (Acuerdo MSF) de la Organización Mundial de Comercio, cuyo objetivo es facilitar el comercio seguro de alimentos y productos agrícolas. Las NIMF proporcionan una orientación mundialmente armonizada a los países para reducir al mínimo el riesgo de plagas sin crear obstáculos injustificados al comercio, y facilitar a fin de cuentas sus exportaciones e importaciones de plantas y productos vegetales. Estas normas incluyen directrices para el análisis de riesgo de plagas (ARP), como la base científica para las medidas fitosanitarias que son menos limitantes para el comercio, o tratamientos fitosanitarios para garantizar que los productos vegetales sean inocuos antes de entrar en otro país.

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